04 marzo 2012

Mini-vacaciones

Decidimos ir a pasar unos días en las cabañas, con Ceci, Laura y Lula. Los preparativos para el desembarco fueron cuidadosos, lo que derivó en una cantidad respetable de bultos. Los transportamos desde la costa hasta las cabañas en la carreta que armaron los muchachos.



La primera noche estuvo hermosa, con luna y pocos bichos.


En el día fuimos a la playa, las chicas anduvieron en canoa y pasamos un día tranquilo.







A la noche se nublo bastante, pero aguantó hasta que nos dormimos. A las 2:00 am del martes me desperté con los relámpagos, truenos, un viento importante y una lluvia copiosa. Al tratar de encender la luz descubrimos que se había cortado. Salí en malla (traje de baño) y un calzado poco apropiado a ver como estaba la lancha y a encender la bomba de achique, ya que no tenía la capota. El primer tramo sobre la pasarela no presentó mayor dificultad, pero luego de los primeros 6 ó 7 pasos en el camino de tierra me pegué una patinada y caí con no mucha gracia, con los pies para arriba. El camino posterior fue dificultoso pero logré mantenerme parado. Al regresar a la cabaña me enjuagué con el agua que caía del techo (el agua funciona con una bomba presurizadora así que no podía ducharme). Llovió toda la noche. al salir a ver cómo estaba todo nos encontramos con la novedad de que un par de árboles se cayeron sobre una cabaña. Rubén evaluó el daño y estaba contento por como habían resistido el golpe.


Nos bañamos en el río, ya que seguimos sin luz hasta el sábado al mediodía.



Salvo por el agua, la falta de luz no molestó y tuvimos cenas románticas a la luz de las velas. La comida estuvo super bien, las cabañas resultaron cómodas y la pasamos super bien.